martes, 17 de febrero de 2015

            " EN LA PISTA DE BAILE TE OLVIDAS DE LA SILLA DE RUEDAS  "

Nuria Rovira es campeona de España de baile deportivo de competición en silla de ruedas. A sus 55 años, ha sido la primera española que participa en un certamen internacional de baile en silla de ruedas. Junto a su pareja de baile, Julio Carretero, forma un tándem perfecto en la pista.

Nuria, lo primero que me gustaría preguntarte es, ¿qué significa para ti el baile?Nuria_bailarina_dEl baile significa para mí una gran experiencia, tanto a nivel físico como a nivel mental, porque se abren nuevas perspectivas. A nivel físico, pues claro, mejora mucho tu movilidad, independientemente del nivel de movilidad que puedas tener porque aquí somos poquitos todavía pero la gente está valorada en dos niveles: el nivel 1 y el nivel 2. El nivel 1 es el de menor movilidad y el 2 el de mayor movilidad. Entonces he visto bailar a chicos y chicas atados por el torso a la silla pero con sus vestidos de baile que casi ni se notan y no ves bailar a alguien que tiene problemas de movilidad. ¡Tu ves bailar a dos personas y casi que no ves la silla! Y a nivel psicológico te implica también muchísimo el estar siempre bien, el querer estar siempre guapa, el salir, el conocer gente,... ¡A ver, es una experiencia muy positiva!

¿Cuáles son tus preferencias dentro del baile?
Nosotros bailamos combi latinos. Los cinco bailes latinos: samba, chachachá, rumba, pasodoble y jive. Y en la modalidad de combi, ósea una persona en silla y otra de pie. Esta es la modalidad en la que se está ahora mismo compitiendo aquí en España, pero a nivel internacional ya te digo que se compite en las modalidades de combi latino y combi estándar, que los estándar son los valses (vals, tango, vals vienés, foxtrot y quickstep). Y nosotros también el año pasado, aquí en Playa de Aro se hizo una competición internacional, un open, y bailamos con gente de fuera y bailamos las dos modalidades, latinos y estándar, porque mi pareja de baile, Julio, baila conmigo latinos pero con su mujer, que los dos son bailarines de a pie y bastante reconocidos a nivel nacional, bailan estándar. Entonces nos propusieron bailar estándar e hicimos los cinco bailes latinos y los cinco estándar y entramos en finales y muy bien.

En tu caso, ¿cómo fue lo de quedarte en silla de ruedas?
Yo tengo polio, la cogí a los 4 meses de edad, en el año 60, y actualmente tengo 55 años.

He visto que tu estado de WhatsApp es toda una declaración de intenciones porque en él dices : "sólo bailar". ¿En qué medida el baile te ha cambiado la vida?
El baile me ha cambiado la vida completamente, como te he contado antes, tanto a nivel físico como psicológico. Para mí el baile es un sueño realizado porque a mí siempre me ha gustado la música y el baile pero, claro, yo no había podido bailar nunca, evidentemente, entonces el poder realizar esta actividad que para mí era, hasta hace unos años, prohibitiva como escalar o como cualquier otra cosa pues claro te abre unas perspectivas que te motivan muchísimo.

¿Cómo fue esa primera toma de contacto con el baile?
Yo lo descubrí viendo un programa de televisión. Aquí en Cataluña, como en el resto de España, el baile deportivo y el baile de salón a nivel de parejas de a pie está muy consolidado y hace casi seis años, empezaron a salir dos parejas aquí en Girona que bailaban en silla de ruedas, dos chicos que bailaban con dos chicas de a pie y que los incluyeron en una competición que fue televisada. Y dio la casualidad que la vi y pensé, ¡madre mía, estoy viendo a alguien bailar en silla de ruedas! y además pues a un nivel bastante alto y enseguida me puse en Internet, busqué y encontré el contacto y, bueno, ahí empezó todo.

¿Recuerdas lo que te dijeron tu marido e hijos la primera vez que les hablaste de empezar a bailar?
Siempre he tenido todo el apoyo por parte de mi familia y por lo que respecta al baile, he contado siempre con su complicidad y entusiasmo.

¿En qué se diferencia la Nuria de antes y después de empezar a bailar?
¡Hay muchas diferencias! Mi físico ha cambiado completamente. A ver, claro, no es lo mismo estar no inactiva sino llevar una vida rutinaria. Yo era una ama de casa, estoy casada, tengo dos hijos, pues bueno la vida de siempre, ayudaba a mi marido en su trabajo también, pero nada más. Iba a la piscina a hacer natación, que es lo más recomendado para nosotros, pero claro todo fue empezar a entrenar y empecé a perder kilos, evidentemente, porque claro, entrenas un par o tres días a la semana, te mueves en la silla, empiezas a hacer unos movimientos que nunca habías imaginado que los hicieras dentro de tus posibilidades, claro, y descubres un mundo nuevo. Perder peso es importante, moverte también y, claro, eso implica que estás con gente, vas a entrenar a salas donde hay más bailarines y tú eres uno más y ¡claro! quieres estar guapo como ellos, te arreglas digamos, entre comillas, un poco más de lo que te arreglabas y a nivel físico la diferencia es notable pero no tan solo en mí, ¿eh? Sino en toda la gente que empieza. Ahora mismo hay gente que ha empezado hace pocos meses y ya les empiezas a notar el cambio, lo primero es la perdida de peso.
Nuria_bailarina2¿En tu caso fue mucho peso lo que perdiste?No, yo he perdido unos 8 o 9 kilos pero bueno, ¡ya son kilos que sobran! Y, bueno, es que es todo un conjunto de cosas que te hace estar bien contigo misma. Te hace olvidar que no puedes hacer cosas. ¡Qué va! Ves que puedes hacer todo lo que te propongas, es una experiencia única.

En cuanto a tu compañero, Julio, ¿cómo le descubriste?
Julio apareció poco después de que yo empezara a dar clases con mi primer entrenador, Víctor Buenavida.

¿Víctor Buenavida, dices?
Sí (risas). Él es un bailarín profesional, profesor de baile y fue el primero que empezó a dar clases y se metió en esto y yo buscando por Internet lo encontré y estaba muy cerquita de aquí, en Barcelona y así empecé. Primero con Víctor y Julio y Tere, su mujer, eran alumnos de Víctor. Él le preguntó a Julio a ver si le gustaría bailar conmigo y él aceptó y ahí empezamos a bailar.


Me imagino que ahí surgiría una química, ¿no?
Sí, ahí surgió una química porque el baile también requiere mucha complicidad, entonces pues él y yo nos conocimos, empezamos a bailar y enseguida congeniamos y claro esto facilita mucho las cosas. Él me ha facilitado mucho también, ha tenido mucha paciencia conmigo y esto claro, es muy importante.

¿Cuánto hace de esto?
Hace ya cuatro años.

¿Os planteáis alguna meta o sueño dentro de la competición?
De momento alentar a la gente, a cuanta más gente sea posible para que se inicien en esta actividad, porque la verdad es que es muy gratificante y a nivel del baile pues cuantos más seamos pues más competiciones nos harán y bueno, es seguir adelante, abriendo camino.

En España, ¿sois un grupo muy reducido?
Sí, es un deporte relativamente minoritario.

¿Manejáis datos de cuántas personas?
Bueno, somos muy poquitos. No llegamos a diez parejas de competición pero a nivel de baile social, tanto en Barcelona como en Madrid y en Zaragoza, creo también, tengo constancia de que hay academias de baile que están impartiendo ya clases de grupos a personas en silla de ruedas y bueno, ahí estamos.

¿Cuántas horas le dedicáis?
Un par de días a la semana, como mínimo tres horas cada día, como mínimo! ¡Si podemos entrenar más, pues más, cuanto más mejor!

¿Podrías compartir con nosotros alguno de tus mejores recuerdos con el baile o alguna anécdota que recuerdes con más cariño?
Yo lo que más recuerdo con cariño, aparte de muchas experiencias que hemos tenido porque hemos salido fuera a bailar y claro, estás con gente a nivel internacional que te motiva mucho y está muy bien pero la competición que me gustó más fue la que te decía antes, del año pasado, en Playa de Aro, porque pudimos bailar los diez bailes, los cinco latinos y los cinco estándar. Fue muy emocionante, ¡para mí fue una experiencia única! Estuvimos bailando con parejas extranjeras que son gente que llevan muchos años bailando, porque a nivel internacional el baile en silla de ruedas tiene una trayectoria ya de unos 20 o 30 años ósea que hay una cantera bastante importante y, bueno, sobre todo aquí en Europa y Asia el baile en silla de ruedas tiene mucha repercusión, está muy extendido, es mayoritario ya casi también como la gente que va de pie.

Personalmente, creo que la modalidad de baile que Julio y tú lleváis a cabo es una forma extraordinaria de integración, ¿qué te gusta trasmitir cuando bailas?
A mí me gusta trasmitir sólo baile (risas). Que la gente que me vea sienta lo mismo que yo cuando veo bailar a la gente que va en silla de ruedas que no veo la silla, veo solo baile.

¿Hay límites en la pista o una vez dentro puedes llegar a olvidarte de la silla?
¡Es que te olvidas completamente. Tú estás bailando, no vas en silla de ruedas, bailas, sí, sí!

El verano pasado estuviste en una exhibición en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, ¿qué mensaje transmitiste o te gustaría hacer llegar a las personas que, por un motivo u otro, se encuentran allí?
El mensaje es que se animen a bailar y si no es a bailar a hacer cualquier actividad que les motive, que les guste, que les llame la atención y que no se echen atrás pensando que "esto no es para mí o esto no lo podré hacer" porque la verdad es que se puede hacer todo lo que te propongas.

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